Clases de inglés sin inglés: una contradicción frecuente
¿Te ha pasado estar en una clase de inglés... donde se habla más español que inglés? No eres el único. Esta contradicción es más común de lo que parece en muchos salones de clases.
Aunque parezca increíble, muchas clases de “inglés” giran en torno a explicar reglas en español, traducir textos y hacer ejercicios gramaticales sin practicar el idioma de manera real. Los estudiantes memorizan estructuras como “present perfect” o “phrasal verbs”, pero cuando necesitan usar el idioma en la vida diaria, se quedan en blanco. Es como aprender a nadar viendo videos, pero sin meterse al agua.
Esta crítica no es solo hacia los profesores. El problema también viene desde los programas educativos, los exámenes estandarizados y, en algunos casos, la presión de mostrar “resultados” medibles. Pero… ¿de qué sirve tener buenas calificaciones si no puedes sostener una conversación sencilla?
Aprender inglés implica equivocarse, hablar, escuchar, repetir. Implica salir de la zona de confort. Se necesitan clases activas, donde el idioma esté presente todo el tiempo: en instrucciones, canciones, juegos, debates, errores y risas.
Si queremos que los estudiantes realmente hablen inglés, debemos enseñar en inglés. Y eso empieza con reconocer que no podemos seguir enseñando una lengua sin permitir que se viva en el aula.